Marcelino García Toral

Un viaje a la elite en primera persona

Marcelino recordó en el canal ‘The Coaches' Voice en español’ sus inicios como entrenador profesional en el Sporting y los ascensos con Recreativo y Zaragoza

“Había tenido la experiencia de jugar con el Sporting la Copa de la UEFA contra el Milan, y todo aquello que hacía el Milan de Sacchi para mí era muy atractivo”. Con estas palabras, Marcelino García Toral señala una de sus grandes influencias desde el inicio de su trayectoria como entrenador. Un camino en el que consiguió éxitos tempranos. Marcelino explica este recorrido hacia la elite en otro video en el canal ‘The Coaches’ Voice en español’.

Bajo el título ‘Viaje a Primera’, el técnico asturiano recuerda cómo comenzó a hacer los cursos de entrenador en Alicante, cuando todavía era futbolista (militaba en el Elche CF). Tras la retirada, empezó la escalada: ascenso a Segunda B con el CD Lealtad (1997/98), llegada al Sporting B y llamada para salvar del descenso al primer equipo.

El estudio del AC Milan de Arrigo Sacchi y el ejemplo de Rafa Benítez (“un entrenador que se lo había ganado todo a pulso”) ayudaron a moldear la metodología de Marcelino. Con una afición entregada, el Real Sporting rozó el ascenso a Primera División en el curso 2003/04. Dos años después, el asturiano alcanzaría la máxima categoría con el Recreativo de Huelva. Con el cuadro onubense quedó campeón de Segunda y al año siguiente (temporada 2006/07) le llevó a la mejor clasificación de su historia en Primera.

“Siempre fui bastante prudente. Quizás esa prudencia también nos llevó a disfrutar cada momento, sin generarse unas expectativas desmesuradas”, reconoce Marcelino en relación a aquella novedosa y exitosa experiencia en la elite del fútbol español. En la campaña 2008/09 llegaría un nuevo ascenso, esta vez con el Real Zaragoza.

Al final del video, el prestigioso técnico expone la receta del éxito: “La capacidad, respeto, apoyo y cariño de todo mi cuerpo técnico y mi confianza hacia ellos”. El grupo de trabajo conformado en torno a su figura mantiene intactas la pasión y la ilusión por mejorar día a día.