Un reto que al principio resultó muy estimulante acabó de la peor manera. Unas semanas después de su salida del Olympique de Marsella, Marcelino concedió una entrevista al prestigioso diario francés ‘L’Équipe’ para recordar unos sucesos desagradables con la perspectiva que da el paso del tiempo.
“El lunes entrenamos con normalidad. Luego, por la noche, Pablo [Longoria] me llamó y me contó lo que acababa de ocurrir en la sede del club. Él y los demás directivos habían recibido amenazas, y prácticamente les estaban obligando a dejar sus puestos de trabajo. Longoria estaba triste, sorprendido y también conmocionado”. Así evoca García Toral lo que ocurrió un día después del empate en casa (0-0) contra el Toulouse. “Hay cosas que no se pueden aceptar. En la vida y, por supuesto, en el fútbol”, asegura durante la conversación, que fue portada del diario galo el 11 octubre.
El entrenador asturiano mostró una profunda decepción por lo ocurrido aquellos días: “Habíamos puesto todo nuestro entusiasmo en desarrollar un proyecto muy atractivo en un gran club. En cualquier caso, pensábamos que era un gran club en todos los sentidos de la palabra, pero estos deplorables acontecimientos demuestran que no es un club tan grande como nos gustaría”. El técnico hizo referencia a su amplia trayectoria para dar contexto a la gravedad de la situación: “Estuve veinte años como entrenador, y casi veinte como jugador profesional antes de eso, y nunca había visto nada igual en mi vida. Y no creo que vuelva a verlo”.
La imposibilidad de crear un proyecto en el Olympique
“El fútbol es pasión, de acuerdo, pero hay límites”, señaló Marcelino. “Mi brevísima experiencia me lleva a pensar que éste es un club en el que crear un proyecto es absolutamente imposible. Porque un club tan grande no puede ser manipulado por unos pocos”, lamentó. “Los clubes tienen que evolucionar, no retroceder. Y el OM, como demuestran los resultados desde hace tiempo, es un club que, en lugar de evolucionar, retrocede”.
En cuanto a su estado de ánimo, se expresó también con mucha claridad: “Estoy mejor que hace tres semanas, pero mi personal y yo seguimos enfadados porque no nos dejaron trabajar. Era una situación irreal y asfixiante”. Marcelino, eso sí, no generalizó en relación a la afición del club de Marsella: “Estoy convencido de que la mayoría de los hinchas piensan de otra manera, que incluso se oponen totalmente a esta forma de actuar”.