Marcelino García Toral ha recogido en Gijín el ‘Premio Iñaki Churruca’, un galardón, en su primera edición y creado por la Unión de Peñas Sportinguistas, que reconoce una trayectoria, hecho o circunstancia destacada de una persona o asociación.
Al técnico de Villaviciosa se lo han otorgado por ser el entrenador asturiano con más partidos dirigidos en Primera División y con una gran trayectoria con varios ascensos en su historial, así como esperan que logre más éxitos en el futuro. Marcelino recibió el premio de manos del propio Iñaki Churruca, histórico extremo del equipo rojiblanco en la década de los 70.
El entrenador tuvo unas palabras de agradecimiento al recibir el premio y deseó el ascenso del Real Sporting de Gijón a la liga de las estrellas: «ojalá juguemos en El Molinón en Primera división con el Villarreal». «Le debo mucho al Sporting», añadió Marcelino, en referencia a la apuesta de Eloy Olaya, también presente en el acto, cuando dio el salto al primer equipo.
Marcelino también reconoció lo complejo de vivir una segunda etapa en el banquillo del club de sus amores: «Tengo 2 temporadas de contrato con el Villarreal y no me quedan muchos años de carrera como entrenador» (cumplirá 59 años en las próximas semanas).
A su vez, el técnico aprovechó para elogiar a la afición sportinguista y la experiencia que vivió en El Molinón – Enrique Castro ‘Quini’ cuando asistió al palco durante el partido de Playoff ante el Espanyol: «el ambiente fue increíble, es una gran satisfacción recibir el cariño del sportinguismo».
«Gracias a todos los que habías decidido pensar en mí como el primer galardonado del premio Iñaki Churruca. Llevo muchos años sin estar presente en el Sporting… no del todo porque mi corazón siempre está ahí», expresaba ayer Marcelino García Toral, visiblemente emocionado, reconociendo con una sonrisa que esa pasión por el rojiblanco le procuró algún que otro «percance» en el fútbol nacional.
El asturiano con más partidos en Primera
La entrega de la distinción creada por Unipes congregó a medio centenar de personas en uno de los grandes salones del Restaurante Bellavista, convirtiéndose en un homenaje a Churruca –«creemos que está infravalorado en la historia del Sporting», subrayó Gustavo Alonso, presidente del colectivo– y, por supuesto, a Marcelino.
La gala fue presentada por el comunicador Pablo Martínez, con Gustavo Alonso, presidente de Unipes, ejerciendo de anfitrión a los invitados, entre los que se encontraba la alcaldesa Carmen Moriyón, que canceló su agenda de actos para asistir a la fiesta de Unipes. «Entiendo lo que es el Sporting y que el verdadero patrimonio sois el sportinguismo», enfatizó la regidora, quien recordó que «mi madrina y su marido eran fans de Churruca» y añadió que «siempre me dijeron en casa que Mareo se había hecho gracias a ti». En relación a Marcelino, reconoció que «no había tenido la suerte de conocerte; con respeto a Careñes, eres un poco de Gijón y todos presumimos de ti».
La decisión de Eloy
Junto a Marcelino estuvo Eloy Olaya, en representación de la Asociación de Veteranos del Sporting. Una persona unida para siempre al técnico de Careñes por un simbólico vínculo: fue su gran valedor en el inicio de todo. En 2003, frente a dudas y algún gesto de extrañeza en los despachos de Mareo, Eloy planteó y apostó por la subida de Marcelino, que entonces estaba en el filial, para el banquillo del primer equipo.
La decisión fue sonora y controvertida, conviviendo en las semanas siguientes con algunas críticas. «Te van a matar, me dijo Marcelino cuando le comenté que había pensado en él», se sinceró Eloy, expresando una «pequeña» ilusión entre risas: «Tendrás que bajar algo el caché, pero tengo la ilusión de que algún día vas a volver a entrenar al Sporting. El fútbol te debe una por aquel año en el que rozamos el ascenso».
Y así fue. Unos meses después de la decisión, El Molinón se volvió a enganchar por completo a su equipo. Y casi un año más tarde, el Sporting, que ni siquiera era aspirante en la parrilla de salida, lamentaba haber perdido un ascenso de manera controvertida. Fueron varios los episodios oscuros que quedaron tatuados en la memoria del sportinguismo, como el arbitraje del balear Rodado Rodríguez en Ipurúa.
Veinte años después de aquello, Marcelino es uno de los entrenadores más respetados de la Liga, uno de los técnicos españoles más cotizados en el escaparate nacional e internacional y un verdadero especialista en conquistar objetivos, con el último ejemplo de la remontada que emprendió el curso pasado en el Villarreal, que peleó hasta el final por entrar en Europa tras coquetear de forma seria al inicio con el descenso.
719 partidos como entrenador en el fútbol profesional le avalan, con tres ascensos a Primera, una Copa del Rey, una Supercopa, distinguido varias veces como mejor técnico de la Liga, clasificaciones y participaciones en Liga Europa y en la ‘Champions’… Y, desde hace unos meses, el entrenador asturiano con más partidos en Primera: 404.
«Gracias por acordaros de mí»
Con miembros de varias peñas presentes, también exfutbolistas como José Luis Ablanedo, representantes de la Asociación Anselmo López y de la Grada 1908, Iñaki Churruca también fue ovaciones por el legado que dejó en el Sporting con, entre otras cosas, su histórico traspaso al Athletic: «Gracias por acordaros de mí. Hay muchas personas grandes en la historia del Sporting y no me esperaba esto. Quiero aprovechar para recordar también a otros compañeros y, por supuesto, para felicitar a Marcelino».